Los Prisioneros es considerada una de las bandas ícono del rock sudamericano. Han logrado colocar en el cancionero popular muchos temas que se han cantado por generaciones. En un par de años más, su primer disco cumplirá 40 años. Quien les escribe ha sido seguidor del grupo desde que era adolescente, hace dos décadas cuando se volvieron a juntar; y en tal sentido, aparte de haber escuchado todos los trabajos, incluyendo temas inéditos, también hizo la lectura de los principales libros editados, y un etcétera que incluye hasta un par de anécdotas en persona con quien fue el vocalista y compositor de la banda, mi tocayo Jorge González.

Debo confesar que esta nota solo iba a ser informativa acerca del estreno de la serie. Sin embargo, dado el preámbulo anterior y además el hecho que acabo de ver todos los episodios, me pareció ésta una oportunidad de contarles un poco algunas impresiones.

Los Prisioneros, serie titulada a secas igual que la banda chilena, fue estrenada el 17 de enero de 2022, tiene 8 capítulos de poco más de media hora cada uno y que tranquilamente se podrían ver de un tirón una tras otra. Podría dividirse en dos partes, unos primeros cuatro capítulos un poco aburridos y otros cuatro capítulos mejor logrados y más interesantes.

Inevitablemente era de esperarse que la historia para efectos de la serie, haya tenido varias modificaciones y alteraciones con respecto a línea del tiempo de los hechos reales, lo que para seguidores como quien les escribe, ese punto se podría pasar por alto, pero cuando vamos hacia lo fuerte que es o debería ser la música, encontramos un gran desacierto ya que se anunció casi con bombos y platillos que la producción contaría con los derechos de los temas originales, eso significaría que aparecerían las canciones originales. Sin embargo, y acá viene el primer spoiler, solamente hay una canción, Sí, una sola y del primer disco, listo.

Desde luego que aparecen todos los clásicos del grupo e inclusive algunos temas celebrados por los fanáticos como “Lo estamos pasando muy bien”. Un punto bajo es que la voz cantante que hace todos esos temas no da la altura; incluso el actor que hace de González me parece que canta mejor, pero tiene otro timbre de voz, en fin. En este punto, va otro spoiler, y es que hay un segundo tema con la voz del González original, pero es de una versión demo del tema “Por amarte”. En los créditos finales aparece otro tema “Es demasiado triste”.

En cuanto a producción, calidad de imagen, y demás temas técnicos, no hay mucho que discutir, podría decir que me pareció casi impecable, salvo por las escenas donde la banda aparece tocando en grandes shows, en las que se recurrió a efectos por computadora al estilo de la película “Bohemian rapsody” donde reemplazan al público y al recinto, lo que creo le quita un poco de naturalidad, pero bueno, se puede entender que recrear conciertos demanda más presupuesto y trabajo técnico.

Al respecto de la selección de los actores protagónicos del trío, hay un buen acierto. Los actores protagónicos dijeron en entrevistas que aprovecharon las cuarentenas para poder informarse más acerca de sus personajes, lo que sin duda aporta mucho al momento de la dramatización. Físicamente el único que no se parece mucho es el que interpreta al guitarrista Claudio Narea, el muy parecido sobretodo en voz es el que interpreta al baterista Miguel Tapia; mientras que al que interpreta a González le han dejado todo el tiempo el mismo look de la época de 1990, solo eso. Lo positivo es que los tres actores han dejado notar que saben tocar sus instrumentos. Detalle aparte que la batería electrónica de Tapia es una hermosa reliquia.

Los cuatro últimos capítulos de la serie fueron la mejor cara de la moneda, en las que les pusieron mejor color al guión, al drama; aunque no termina con un 10 del 1 al 10, pero hay una mejor intención de captar al público. Considerando que el primer capítulo inicia con la banda ya formada y con su primer disco publicado “La voz de los 80” que es lo que marca diferencia de otros trabajos audiovisuales donde inician desde cuando los integrantes eran solo amigos del colegio, es decir, la prehistoria del conjunto.

Dejando de lado las intenciones de spoilers, debo decir que podemos ver referencias al espacio-tiempo en que transcurren los hechos, que son los últimos años donde estaba de gobernante el dictador Pinochet. Podemos ver también imágenes ambientadas del histórico plebiscito donde los chilenos debían de decidir si Pinochet seguía o no en el poder, obviamente Los Prisioneros apoyaron la campaña del NO, lo que les produjo casi la ruina de su carrera en su propio país, ese es un hecho objetivo que sí ocurrió en la vida real, lo que de alguna manera les impulsó a buscar nuevos aires en el extranjero.

Otro punto importante que se anunció previo al estreno es aquel donde González se suma al grupo artístico “Las cleopatras” un conjunto de cuatro mujeres que hacían performances de corte teatral, quizá adelantados a su época, en las que alzaban la voz para denunciar los abusos, el machismo y también una proclama hacia la revalorización de la mujer en la sociedad, otros lo llamarían feminismo. Aquí, González y las chicas ya tenían una amistad de algunos años, y sucede que se acerca para hacer que el cuarteto tenga una propuesta musical, con canciones como “Corazones rojos” que luego se conocería en el cuarto disco de Los Prisioneros. Aquellas grabaciones originales de las canciones de Las cleopatras fueron finalmente publicadas por primera vez en 2016.

Para finalizar, hay otro hecho que tal vez muchos esperaban ver, como por ejemplo el ahora conocido motivo real del alejamiento del guitarrista Claudio Narea de la banda, si no sabes cuál es, te la dejo para que la veas en la serie. Es probablemente la primera vez que se retrata en imágenes lo que ya apareció en libros y que el mismo González escribió en su autobiografía, aunque en un pequeño párrafo, que “se enamoró perdidamente” de Claudia, la esposa de su entonces amigo Claudio.

Antes de cerrar, debemos resaltar que Perú también tiene un espacio importante dentro de la historia de Los Prisioneros, casi casi que mucho de su público los considera una banda local más. En la serie podemos ver un guiño al mítico primer gran concierto del grupo que dieron en la Plaza de Acho. Otro guiño de esa cercanía es que el manager de la banda, nació en Perú. Una más, el actor Salvador del Solar (si, Pantaleón… sí, el ex premier de Vizcarra…) participó aquí como director de la serie para tres capítulos, y en uno de ellos se atrevió a colocar a modo de soundtrack, un tema de una banda “Los trece baladas” y otra de “Los Shapis”, miren nada más.

Los Prisioneros se terminaron definitivamente en 2006. González se retiró de la música en 2017, Tapia, planeó algo parecido en 2021, solo Narea anunció que continuará tocando. A pesar de todo, esta serie, al menos, es una gran oportunidad de acercar la música de esta banda para las nuevas generaciones o tal vez nuevos públicos; y que finalmente, la serie les va a gustar 50/50. En todo caso también está la otra serie que realizó Chilevisión en 2014, “Sudamerican rockers”.